Hotel O7 Tenerife

El personal de restaurante y cafetería de 10, super amables. Candy, Santiago y Carlos los mejores

El cuarto de baño un poco antiguo.

El personal del hotel en reglas generales ha sido agradable, quitando a algún camarero descontento con su trabajo y alguna cara larga que nos hemos encontrado

Las habitaciones sin aire acondicionado, la limpieza de las mismas brillaba por su ausencia, la comida del Buffet repetitiva y con mal aspecto.

Al llegar, pudimos dejar el coche en el parking que tienen para descargar las maletas, pero después tuvimos que ponernos a buscar sitio (que no había quien aparcase en las calles de al rededor y tenias que irte bastante lejos), por lo que al llegar y dejar las maletas a las 14h en la habitación e irnos a comer, al volver estaba la habitación hinundada del agua de la cubitera del cava. La segunda sorpresa fue que la supuesta "habitación premium con vistas al mar" no tenía vistas al mar por ningún lado, ni el premium tampoco, y los vecinos del edificio de enfrente te veian cambiarte, te veian tumbados en la cama y en la taza del water. Por lo que privacidad 0. El gel que tienen en el baño estaba gastado, lo dijimos el primer día y el cuarto día seguía igual, sin rellenarse. Por otro lado, el horario de la piscina, la cual cerraba a las 18.00h, invitaba a no usarla, aunque nos dieron permiso para bañarnos, eso si, siguiendo con el tema horarios, la animacion del hotel duró hasta las 23.00h y el bar cafetería da igual a la hora que te sirva, que a las 00.00h te apagan las luces y meten prisa para que te vayas, aun estando en la terraza. Sin hablar de la carta donde te pone los precios de las copas y a la hora de pagar te cobran el refresco de mezcla por separado y SIN AVISARLO en ningún lado. Centrandonos en el buffet, cogimos media pensión, en el desayuno la comida esta bastante aceptable, pero una hora antes de que cierre, quitan los carteles de información de lo que es cada comida (por lo que no sabes lo que comes... si tienes alergias ten cuidado) y a las 10.00h empiezan a quitar toda la comida, entendemos que no repongan más a partir de las 10, pero si te descuidas te quitan el plato de la boca. La cena, es una lotería, un día bien y tres mal, siendo la variedad nula, el pan duro imaginamos que reciclado del desayuno. Y volvemos al tema horarios, totalmente adaptados al turista extranjero, ya que si estás cansado y vas de vacaciones tienes que madrugar si o si para desayunar e ir pendiente de la hora para la cena, porque a partir de las 21.00h ya no hay nada aceptable que comer. Las almohadas dejaban que desear, muy finas y la cama de matrimonio eran dos camas de 90cm juntas... el minibar es una tarifa de 15€ por lo que si te apetece una cocacola, pagas los 15€. Por otro lado el tema limpieza dejaba también que desear, siendo muy superficial, ya que las gotitas del lavabo del baño seguian 4 días despúes. Nuestra habitación era la 407 en el edificio B, habia que bajar dos ascensores distintos y bajar escaleras y andar unos 10 minutos hasta llegar.... En resumen, no volveriamos.

La ubicación es buena. En una calle tranquila pero a la vez muy cerca del centro y de zonas de restauración y marcha

Habitaciones viejas reforzadas. Aire acondicionado no funciona. La vista al mar es muy lejana. Comida repetitiva y de baja calidad. Agua no precintada en el restaurante. Poco personal y el que hay está saturado. Animación deficiente.

Très bien reçu par Isabelle à l'accueil Hôtel spacieux, agréable et à proximité des transports en commun,2 minutes à pied.

Aucun